Hosting gratis o hosting de pago. Esa es la pregunta que todos nos hemos hecho en el momento de poner en funcionamiento nuestra primera página web.

La primera tentación es ir a lo gratis: total, tienes lo mismo sin pagar, aunque realmente esta afirmación no es exacta. Entre un hosting gratuito y uno de pago hay grandes diferencias, aparte del precio, que intentaremos explicar en las siguientes líneas. Pero a grandes rasgos, y como todo en esta vida, la elección final depende de muchos factores.
¡Empezamos!

  1. ¿Cómo funciona una página web?
  2. ¿Qué es un hosting?
  3. Pros y contras de los diferentes tipos de hosting
  4. Recursos disponibles en hostings gratuitos
  5. Versatilidad de los hostings de pago

¿Cómo funciona una página web?

Para poder explicar debidamente la definición de hosting, antes debemos comprender el funcionamiento técnico de una página web.

A grandes rasgos, una web se divide en 2 grandes partes: el dominio y el alojamiento o hosting.

Dominio de Internet

Es el texto que escribimos en la barra de direcciones del navegador. Por ejemplo, en nuestro caso, el dominio es dsd0.com (www.dsd0.com, con las www, sería un subdominio de nuestro dominio, pero eso ya es otra historia que explicaremos en otra ocasión).

¡Ojo! La barra de direcciones no es la caja donde escribimos, por ejemplo, en Google, Yahoo o Bing

Servidores de nombres DNS

A su vez, el nombre del dominio es una traducción de la dirección IP donde se encuentra el mismo, de manera que cuando escribimos un dominio en la barra de direcciones, algún servidor ubicado por ahí está traduciendo el mismo a lenguaje IP. En otras palabras, podríamos asimilar lo siguiente:

  • Dominio = nuestra dirección postal

  • Dirección IP = coordenadas de un GPS

O dicho de otra forma, poniendo nuestros datos como ejemplo, nuestro nombre de dominio sería «C. Castells 48, 08110, Montcada i Reixac, Barcelona», y nuestra dirección IP sería lat 41.493691,  lon 2.178198.

Gestión de dominios

Los nombres de dominio de Internet genéricos, no vinculados a países,  los gestiona, en última instancia, la ICANN (acrónimo de Internet Corporation for Assigned Names and Numbers, empresa privada estadounidense).

Sin embargo, los nombres de dominio vinculados a un país son gestionados por empresas propias del país en cuestión.

El mercadeo de nombres de dominio se realiza con agentes registradores, que son los que ponen en contacto al propietario final (tú) con la empresa que los gestiona en última instancia.

Con todo esto, y resumiendo un poco, para tener un dominio propio hay que comprarlo o, mejor dicho, alquilarlo a un agente registrador, con un coste anual que dependerá de las tarifas del mismo.

Una vez hecho esto, ya tenemos un nombre que ofrecer a nuestros futuros visitantes para que escriban en la barra de direcciones y puedan leer qué les ofrecemos, aunque si no vamos un poco más allá, lo que verán será algo parecido a esto:

Servidor no encontrado

Servidor no encontrado

Este error viene dado porque no tenemos contenido asociado a nuestro dominio de Internet, y ahí es donde entra en juego el hosting.

¿Qué es un hosting?

Hosting o alojamiento web es el espacio reservado en un servidor para que una página web funcione.

Este espacio lo podemos dividir en 2 grandes áreas:

  • Espacio de disco
  • Espacio de base de datos

Antiguamente, las páginas webs estaban formadas por una colección de archivos html  (texto plano puro y duro) enlazados entre sí a través de hipervínculos. Si queríamos modificar o ampliar el contenido, debíamos modificar dichos archivos con editor de texto.

Poco a poco fueron apareciendo gestores de contenido que, para poder funcionar, requerían la conexión a una base de datos y un servidor que pudiese interpretar lenguajes de programación tipo Php, como por ejemplo PhpNuke, Mambo, etc.

Con la irrupción de la web 2.0, las bases de datos entraron en juego para pasar a tener un papel fundamental en el funcionamiento de la mayorías de las páginas web modernas. Junto con lenguajes de programación del lado del servidor (como por ejemplo Php Hypertext Preprocessor), forman una pareja insustituíble. Cada vez que actualizamos nuestro Facebook, que escribimos un Tweet, que subimos una imagen a Instagram o Pinterest y la catalogamos, etc., estamos haciendo uso de esta tecnología. Por ejemplo, yo mismo en estos momentos, escribiendo este artículo, estoy utilizándola.

A grandes rasgos: las bases de datos guardan los contenidos y los lenguajes de programación los presentan.

Pros y contras de los diferentes tipos de hosting

Y por fin hemos llegado a la esencia de este artículo.

No es muy arriesgado aventurarse a afirmar que un hosting de pago debe ser de mayor calidad que uno gratuito por diferentes motivos, que explicaremos a continuación.

Recursos disponibles en hostings gratuitos

Hoy en día un alojamiento gratuito te ofrece toda la tecnología que puedas necesitar para que puedas poner en funcionamiento una web moderna, de manera que no deberías tener demasiados problemas para publicarla. Otra cosa es la calidad del servicio y los productos de valor añadido.

Habitualmente esta modalidad de alojamiento se basa en servidores poco potentes, con los recursos imprescindibles para funcionar, tanto a nivel de procesador, como de RAM y de disco (en velocidad y capacidad de almacenamiento).

Este aspecto deriva en una fiabilidad del servicio en entredicho, dado que para minimizar costes la infraestructura está sobre-explotada, lo que puede provocar una cantidad de caídas mayor de la deseada.

Lo más probable es que no dispongamos de copias de seguridad, con lo que deberemos encargarnos nosotros mismos de tener toda la información publicada a buen recaudo para que, en caso de catástrofe, podamos volverla a restaurar.

Tener un buen sistema de copias de seguridad es recomendable en cualquier aspecto relacionado con la informática

Así como en un hosting de pago la restauración de la copia la tienes a golpe de click (o de llamada de teléfono en el peor de los casos), en un hosting gratis nadie te asegura que tengas un sistema más o menos automático para hacerlo.

Otro aspecto a tener en cuenta es la más que probable inclusión de publicidad en nuestros flamantes contenidos que tan estudiados están y que con tanto mimo hemos diseñado. De algo tiene que vivir el proveedor del servicio, ¿no?

En definitiva, la experiencia que te brinda un alojamiento gratuito dista mucho de ser la óptima.

Versatilidad de los hostings de pago

Empezamos por lo malo: que no es gratis. El resto son todo ventajas.

Hosting o alojamiento web de dsd0 tecnologia informatica

Hosting o alojamiento web de dsd0 tecnologia informatica

Por una parte, tienes la posibilidad de elegir un plan de alojamiento acorde a tus necesidades. Si tu página web crece en visitas y necesitas más potencia o espacio, puedes ampliar tu infraestructura si más problema. Incluso, si logras miles de visitas al día o necesitas algo muy concreto, puedes pasar de un servidor compartido a un servidor dedicado. En otras palabras, un alojamiento de pago es escalable.

Un hosting compartido es ideal para webs de tamaño pequeño, donde varios sites comparten servidor.

Un hosting dedicado significa que el servidor que aloja tu página no contiene ninguna más: es para ti en exclusiva.

Dado que el servicio está amortizado, los servidores no están tan exprimidos, de manera que aunque disfrutemos de un servidor compartido, éste estará correctamente dimensionado y tendrá la potencia suficiente como para mover nuestra página web y alguna más.

Por la otra, tenemos un equipo humano y técnico que velan por la seguridad de nuestro site, poniendo todas las trabas posibles a hackers que intenten atacar nuestra querida página web, así como realizando lo que se llaman «instantáneas» o, en otras palabras, copias de los estados del servidor en diferentes momentos, de forma que la restauración de la web en caso de catástrofe es de lo más sencillo, minimizando así la posible pérdida de datos. Efectivamente, no está de más tener nuestro propio sistema de copias de seguridad, como hemos comentado anteriormente.

Evidentemente, la publicidad aparecerá sólo si nosotros queremos, así con un poco de suerte podremos monetizar nuestro trabajo.

Y poco más que añadir, como siempre todo tiene sus ventajas y sus inconvenientes, y eres tú el que tienes la última palabra.